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Mostrando entradas de julio, 2008

Lisboa

Viendo pasar a turistas desde el siglo XIX envidian la fragilidad de los mismo y piensan en la carne; el hueso… mientras ellos custodian y adornar con sus bellos cuerpos de bronce la Plaza Rossio… en esta hermosa plaza nadie repara en el paso del tiempo, el tiempo que a veces nos invade; pero que yo dejé pasar… junto a ellos.

Lisboa

Tantas veces soñada, Lisboa ha sido desde hace años un destino hermoso que debía cumplir… para dejar de ser un sueño. Para vivirlo con la piel, disfrutar de su olor, su tacto, escuchar sus voces y manchar mis retinas de sus bellos colores, sus contrastes…
Una ciudad a fin de cuentas son sus personas, en general… su gente.
En un cruce de caminos deje mi destino, y allá; a lo lejos; dejé todo por unos días… y de esos días quede enamorado, tanto que quise quedarme para no volver… a tener que soñar lo que tanto deseé.
Sin nada que poder decir… tan solo y digo tan solo; me limito a vivir, a vivir. ¿Acaso la vida no se trate de eso y de tan solo eso? De percibir que sientes que estas vivo y dar las gracias por momentos así… consciente de algo tan sencillo y tan complejo como vivir, ¡vivir!...
Tocando fados con sus callosos dedos regala ilusiones a oídos inertes a veces sordos; muertos; aún así no pierde la ilusión de tocar para ti… para mí… para oídos agradecidos de sentir su música, vieja y ruidosa música repetida tantas y tantas veces una y otra vez… una, y otra vez.
Lisboa... y Lisboa...
Y sigo pensando, que todo es nada y que la nada esta tan cerca que la tocamos y que por eso sentimos que vivimos al borde de un abismo a veces temido, incomprendido y a veces tan querido… que así sin más lo esperamos, lo soñamos y hasta lo amamos.